¿cómo pudiste?
He hecho cosas raras ultimamente, bueno para ser honesta no raras, simplemente retomé mis antiguos hábitos: escuchar música, leer más y hablar de teatro. Lo cual me deja con la incógnita de como pude dejar de hacer todo esto, la mejor pregunta, ¿cómo pude sobrevivir?.
No quiero sonar Snobista, pretenciosa o lo que sea un sinónimo, simplemente desde el día en que decidí que mi profesión seria guiada hacia el teatro, en ese mismo instante en el que ví mi nombre en la lista de aceptados y mi corazón casi rompe mis costillas de la emoción, me di cuenta de que no concebía mi vida sin una pizca de arte. Del que fuera: música, danza, teatro,plásticas y sin darme cuenta mi circulo de amigos se fué variando hacia esas áreas: conoci fotografos, diseñadores, escritores, músicos, bailarines y fue tan delicioso ver como mi vida se nutría a cada paso y charla con ellos.
Luego me apagué. Sin previo aviso fui renunciando a eso como si me deparara un mejor futuro. Lo que no sabía era que a cada distanciamiento me iba matando a mi misma: era sin duda un suicidio consciente.
Lo bueno de mi soledad es que tengo demasiado tiempo de sobra para recuperar los pedazos que decidí arrancarme en un arranque de desesperación.
Aqui dejo un poema que me recuerda o mejor dicho explica bastante lo que siento:
He querido tanto a todos
que ahora
que no quiero a nadie
sólo tengo espacio
para quererme a mí
sola
sin la compañía
de quienes aman
volcando su reloj de arena
sobre mi tiempo vacío de soporte.
Poema de Ada Menéndez.
No quiero sonar Snobista, pretenciosa o lo que sea un sinónimo, simplemente desde el día en que decidí que mi profesión seria guiada hacia el teatro, en ese mismo instante en el que ví mi nombre en la lista de aceptados y mi corazón casi rompe mis costillas de la emoción, me di cuenta de que no concebía mi vida sin una pizca de arte. Del que fuera: música, danza, teatro,plásticas y sin darme cuenta mi circulo de amigos se fué variando hacia esas áreas: conoci fotografos, diseñadores, escritores, músicos, bailarines y fue tan delicioso ver como mi vida se nutría a cada paso y charla con ellos.
Luego me apagué. Sin previo aviso fui renunciando a eso como si me deparara un mejor futuro. Lo que no sabía era que a cada distanciamiento me iba matando a mi misma: era sin duda un suicidio consciente.
Lo bueno de mi soledad es que tengo demasiado tiempo de sobra para recuperar los pedazos que decidí arrancarme en un arranque de desesperación.
Aqui dejo un poema que me recuerda o mejor dicho explica bastante lo que siento:
He querido tanto a todos
que ahora
que no quiero a nadie
sólo tengo espacio
para quererme a mí
sola
sin la compañía
de quienes aman
volcando su reloj de arena
sobre mi tiempo vacío de soporte.
Poema de Ada Menéndez.
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