Los minimos detalles

Hoy la oportunidad se puso guapa: se acercó a mi de la manera menos inesperada, tan espontánea y libre que simplemente no tuve oportunidad de objetar.
La  yo liberal entro en conflicto inmediato con la yo romántica y poco racional. Debatieron durante semanas: si eso estaba bien, qué dirán mis papás, que dirán los demás.
Siempre me supe diferente desde niña, el problema fue que jamás supe cuanto. Uno no decide esas cosas, siempre estuvieron ahí y las niegas, las niegas porque te educaron en una fe que no te pertenece, las niegas porque te dijeron que las reglas del juego solo se pueden llevar a cabo de un modo; todo lo demás esta mal.

Lo bueno es que, irónicamente, siempre me enseñaron a nadar contracorriente; a decir lo que pienso, que jamás cabria en un molde. Uno no decide a quien amar, uno no le pone nombre, color, raza ni...género. Por que el amor es demasiado grande para caber en una denominación, por que el amor simplemente es una fuerza incontrolable, una energía sobre acogedora que lo abarca todo.

Ya no tengo miedo al amor ni a sus múltiples formas en las que me asalte, creo que estoy suficientemente grande para saber que me hace bien y qué no.

Amo despertar con un alguien que se preocupa por mi, que compra X marca de cereal porque es la única que me gusta, que asume mis imperfecciones como lo más perfecto que jamás haya ocurrido, alguien que me manda flores si razón aparente y que ama aquellas cosas que otros antes odiaron.

Gracias por amar todas mis perfectas imperfecciones, a la Andrea que se cayó y se levanto tantas veces, por consentirme, por confiar en mi.

Y por eso, tú te mereces la mejor versión de mi.

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