Mis intentos por romantizar mi ansiedad y depresión.
Siempre me pongo el pantalón que no me queda bien, ese que me aprieta la panza con el botón a punto de salir volando de mi cintura. Voy todas las mañanas por los burritos del puesto y a pesar de que me quejo que ya peso unos 15 kgs más no dejo de tomar cerveza ni comer lo que quiero. Y esa soy yo, a los 27. Con ese cabello a los hombros que dejé crecer no se porqué, con la idea de que me falta valor para lanzarme a hacer lo que más quiero, con tantos planes a la deriva que los necesito apuntar en una agenda desesperada porque los tache y los cumpla. Uno a veces espera demasiado de sí mismo, se presiona a límites insospechados y se olvida de quién es realmente. A veces añoramos con tanta vehemencia parecernos un poquito a lo que éramos tiempo atrás, sin darnos cuenta de que todos estos cambios son parte de nuestra evolución. Tengo un libro a medio acabar con unas 600 páginas adelante, donde me sumerjo en un Japón de los 90's y me olvido de mi desordenada oficina. Uso un bolso qu